El explosivo crecimiento que tuvo la flota Micro en la Argentina a partir de los años 80 se explica no sólo por la gran aceptación que las virtudes del barco le merecieron, sino también por la existencia de excelentes diseñadores en el país y la motivación de la industria para plasmar sus proyectos de diseño.

En 1982, el entonces muy joven diseñador Néstor Völker lanza el primer Micro nacional. Dado el muy escaso movimiento del mercado en ese momento, Völker propone al astillero Losa SRL aprovechar la quietud para embarcarse juntos en el proyecto de un barco que resultase accesible para cuando la situación mejorara. El Micro, que había conocido en Francia, resultaba el proyecto apropiado. Nace así el Microvölker.
El barco fue presentado con un cruce del Río de la Plata, arribando a la playa exterior de la Barra de San Juan, en la costa uruguaya, ante un nutrido público que se vio sorprendido al ver que el velero llegaba despreocupadamente a tierra, revelándose así una de sus características distintivas: la orza izable.

Años después, el mismo Völker diseñaría dos nuevas versiones: el MK2 (muy difundido hasta la actualidad en Brasil, donde se fabricaron unas 150 unidades), y el MK3, este último la versión más regatera de la serie. Incluidos los de Brasil y unos 50 barcos fabricados en Chile, sumados a los de la Argentina, los Microvölker totalizaron una cuantiosa flota de alrededor de 500 barcos.

Poco tiempo después de aquel primer lanzamiento, el diseñador y eximio regatista Martín Billoch, junto con el astillero Di Bernardo, irrumpe en el mercado con el exitoso Micro “Q”, en sus versiones Crucero y Regata. La primera de ellas se convirtió rápidamente en uno de los modelos de Micro más difundidos en el país hasta la actualidad.

Germán Frers no se queda afuera del auge de los Micro y diseña el Micro Frers, un modelo de prestaciones marcadamente regateras. En el lado opuesto, Gabriel Schroeder diseña el Micro Spider, un crucero con todas las letras.

Por su parte, Roberto Rovere diseña el Micro Ton, barco al que, a poco de ser publicado, le aumentan la superficie vélica, lo cual lo saca de la Regla de Clase, convirtiéndose en el conocido Alba 19.